Yerma by Federico García Lorca

Yerma by Federico García Lorca

autor:Federico García Lorca [García Lorca, Federico]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Teatro, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 1934-01-01T05:00:00+00:00


(Mira hacia la puerta.) ¡María! ¿Por qué pasas tan de prisa por mi puerta?

MARÍA:

(Entra con un niño en brazos.) Cuando voy con el niño lo hago…, ¡como siempre lloras!

YERMA:

Tienes razón. (Coge al niño y se sienta.)

MARÍA:

Me da tristeza que tengas envidia.

YERMA:

No es envidia lo que tengo; es pobreza.

MARÍA:

No te quejes.

YERMA:

¡Cómo no me voy a quejar cuando te veo a ti y a otras mujeres llenas por dentro de flores, y viéndome yo inútil en medio de tanta hermosura!

MARÍA:

Pero tienes otras cosas. Si me oyeras podrías ser feliz.

YERMA:

La mujer de campo que no da hijos es inútil como un manojo de espinos, y hasta mala, a pesar de que yo sea de este desecho dejado de la mano de Dios. (MARÍA hace un gesto para tomar al niño.)

YERMA:

Tómalo, contigo está más a gusto. Yo no debo tener manos de madre.

MARÍA:

¿Por qué me dices eso?

YERMA:

(Se levanta.) Porque estoy harta. Porque estoy harta de tenerlas y no poderlas usar en cosa propia. Que estoy ofendida, ofendida y rebajada hasta lo último, viendo que los trigos apuntan, que las fuentes no cesan de dar agua y que paren las ovejas cientos de corderos, y las perras, y que parece que todo el campo puesto de pie me enseña sus crías tiernas, adormiladas, mientras yo siento dos golpes de martillo aquí, en lugar de la boca de mi niño

MARÍA:

No me gusta lo que dices

YERMA:

Las mujeres cuando tenéis hijos no podéis pensar en las que no los tenemos. Os quedáis frescas, ignorantes, como el que nada en agua dulce y no tiene idea de la sed.

MARÍA:

No te quiero decir lo que te digo siempre.

YERMA:

Cada vez tengo más deseos y menos esperanzas.

MARÍA:

Mala cosa.

YERMA:

Acabaré creyendo que yo misma soy mi hijo. Muchas veces bajo yo a echar la comida a los bueyes, que antes no lo hacía, porque ninguna mujer lo hace, y cuando paso por lo oscuro del cobertizo mis pasos me suenan a pasos de hombre.

MARÍA:

Cada criatura tiene su razón.

YERMA:

A pesar de todo sigue queriéndome. ¡Ya ves cómo vivo!

MARÍA:

¿Y tus cuñadas?

YERMA:

Muerta me vea y sin mortaja, si alguna vez les dirijo la conversación.

MARÍA:

¿Y tu marido?

YERMA:

Son tres contra mí.

MARÍA:

¿Qué piensan?

YERMA:

Figuraciones. De gente que no tiene la conciencia tranquila. Creen que me puede gustar otro hombre y no saben que aunque me gustara, lo primero de mi casta es la honradez. Son piedras delante de mí. Pero ellos no saben que yo, si quiero, puedo ser agua de arroyo que las lleve. (Una hermana entra y sale llevando un pan.)

MARÍA:

De todas maneras, creo que tu marido te sigue queriendo.

YERMA:

Mi marido me da pan y casa.

MARÍA:

¡Qué trabajos estás pasando, qué trabajos! Pero acuérdate de las llagas de Nuestro Señor. (Están en la puerta.)

YERMA:

(Mirando al niño.) Ya ha despertado.

MARÍA:

Dentro de poco empezará a cantar…

YERMA:

Los mismos ojos que tú, ¿lo sabías? ¿Los has visto? (Llorando.) ¡Tiene los mismos ojos que tienes tú! (YERMA empuja suavemente a MARÍA y ésta sale silenciosa. YERMA se dirige a la puerta por donde entró su marido.)

MUCHACHA 2ª:

Chiss.

YERMA:

(Volviéndose.) ¿Qué?

MUCHACHA 2ª:

Esperé a que saliera. Mi madre te está aguardando.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.